En esta etapa evolutiva en el hipotálamo se libera la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH), la hormona liberadora de hormona del crecimiento (GHRH) y la somatostatina. En cuanto a la respuesta hipofisiaria a estas señales químicas, se libera la hormona luteinizante (LH), la hormona folículo estimulante (FSH) y la hormona del crecimiento (GH), las que a su vez inducen la producción de andrógenos, progestágenos, estrógenos e inhibinas, así como factores de crecimiento semejantes a la insulina (IGF) y, desde luego, la producción de gametos a nivel gonadal.
Durante el crecimiento que ocurre en la etapa puberal son muchos los factores que influyen en el desarrollo de los carácteres sexuales, como: hormonas, algunas particularidades étnicas, la herencia, así como los factores ambientales y, en ocasiones, la ocurrencia enfermedades concomitantes en los jóvenes, y de manera específica incide su alimentación;7 dado que en esta fase ocurren tres etapas: la primera de éstas se caracteriza por la «desaceleración del ritmo de crecimiento»; la segunda se manifiesta coloquialmente como el «estirón puberal»: por la sinergia entre la hormona de crecimiento y los esteroides sexuales, y la tercera y última etapa es nuevamente iniciada por la desaceleración progresiva y el cierre de los cartílagos óseos durante el crecimiento.
El estirón puberal es un cambio brusco de la velocidad de crecimiento, que muestra diferencias en uno y otro sexo, tanto en su cronología como en su intensidad. En las niñas es un acontecimiento precoz que se inicia casi al mismo tiempo que la aparición de los caracteres sexuales secundarios, mientras que en los varones comienza cuando ya está avanzada la pubertad.
El estirón de la adolescencia es importante para la talla final, ya que durante este periodo tiene lugar aproximadamente el 20% del crecimiento total. Sin embargo, la responsabilidad en la diferencia de talla entre uno y otro sexo es escasa. Esta se debe, fundamentalmente, al comienzo más tardío del estirón puberal y al crecimiento más prolongado durante el periodo prepuberal en los varones, lo que hace en el momento de iniciarse la aceleración de la adolescencia, los niños tengan ya una talla superior en 8 cm a la de las niñas.
Los requerimientos nutritivos están estrechamente relacionados con el aumento de masa, el pico máximo de las necesidades nutritivas coincidirá con el momento de la máxima velocidad de crecimiento.
En general, la máxima velocidad de crecimiento se alcanza a la mitad del ciclo puberal, aunque con diferencia entre hombres y mujeres:
Para valorar el desarrollo puberal, ordinariamente se usa la escala de Tanner, la cual toma en cuenta el desarrollo del vello del pubis, el desarrollo mamario en las niñas, y en el niño el desarrollo de sus genitales externos.
Siendo así:
El estirón y la pubertad comienzan a la vez, independientemente de la edad cronológica del individuo en correlación muy estrecha con la edad ósea. De modo que en la pubertad precoz el incremento de velocidad de crecimiento comienza mucho antes, coincidiendo con la aceleración de la edad ósea y, por el contrario, en la pubertad atrasada, con la edad ósea también retrasada, el estirón ocurre mucho más tarde.